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En nota de prensa, la agrupación local socialista señala que «son muchos los pasos dados a favor de la igualdad, pero aun queda mucho por hacer, tanto en España como en la Unión Europea».
Desde el Partido Socialista de la agrupación local de Daimiel, queremos recordar que el 8 de marzo es ya una fecha consolidada para que podamos reflexionar acerca de las condiciones vitales y laborales de la mujer trabajadora en el mundo y en la sociedad en la que vivimos. Son muchos los pasos dados a favor de la igualdad, pero aun queda mucho por hacer, tanto en España como en la Unión Europea se esta lejos de alcanzar una igualdad real entre mujeres y hombres.
Los socialistas de Daimiel destacamos que continúa existiendo en la actualidad una diferencia de salarios entre mujeres y hombres. Y que la tasa de paro femenino frente al masculino es superior.
Uno de las cambios mas importantes debe ser el cambio en los comportamientos sociales que asignan determinados roles a las mujeres por el sólo hecho de serlo. Mujeres y hombres no seremos iguales hasta que cambiemos nuestro comportamiento diario. La brecha salarial de género tiene varias causas, incluyendo los estereotipos que se inician en la escuela. Las mujeres en los entornos más competitivos pueden tener que enfrentarse al llamado «techo de cristal» que les impide acceder a cargos directivos y superiores. Debemos recordar también que son las mujeres, mayormente, las que asumen las tareas de cuidados y crianza de los hijos, así como de familiares mayores o dependientes. Por eso desde el Partido Socialista creemos que la educación en igualdad es básica para que se produzcan estos cambios, y debe ser acompañada de una legislación que propicie y facilite la conciliación de la vida laboral y familiar.
Todos los socialistas nos alegramos de las conquistas en derechos de igualdad conseguidas, pero debemos ser conscientes de que aún queda mucho camino por andar y muchas conquistas sociales que realizar.
Estas conquistas en derechos sociales no debemos permitir que sean atacadas, ni destruidas por gobiernos conservadores, cuyo radicalismo y fanatismo conducen a un retraso en los avances y logros conseguidos en favor de la mujer y su derecho a una igualdad real.